En Colombia existen dos tipos de Farmacia: de la que se habla en la academia o está en las leyes y la que vive con la Comunidad.
La primera parece que solo se habla en círculos académicos y se practica en hospitales de mediana y alta complejidad en las ciudades más importantes del país.
La segunda es la más grande pero al parecer no la más importante en las prioridades de las autoridades sanitarias, de ahí que más del 80% se siga manejando como un negocio donde el empirismo es la pauta general.
El principal causante de esta situación parte de la misma formación universitaria que discrimina el servicio comunitario y hace que el egresado permanezca en la zona de confort de la farmacia hospitalaria, así no ejerzan totalmente la profesión, la gran mayoría están ahí por un requisito legal.
Cuando se plantea este tema en la academia y en los gremios, la respuesta es que existe una ley de 1974 que no exige formación académica para dirigir una Farmacia, así le llamen Droguería, pero tampoco se hace nada para mejorar esa condición, no se pasa de la queja y estudios que nunca se comparten con la sociedad.
¿Como entonces solucionar esta situación que hace a Colombia uno de los países más atrasados en Farmacia Comunitaria de Latinoamérica?, comenzando por entender que el Droguista es realmente el Farmacéutico Comunitario, una condición que no se consigue con una especialización universitaria si no se ejerce.
Antes que Regente de Farmacia fui droguista, comencé como bodeguero de una cadena y luego como mensajero de Droguería y entiendo porqué es tan difícil profesionalizar el sector: porque no existen planes de educación que se acerquen a las necesidades de ese sector, lo que evidencia un gran desconocimiento por parte de la academia.
Estas son las razones por la que la mayoría de programas de formación para droguistas no logran profesionalizarlos:
1. La principal es que no se reconoce su experiencia, muchos de los Droguistas han dedicado su vida al servicio de la comunidad, pero al momento de comenzar a estudiar no se aprovecha su condición.
2. Los programas de formación de Farmacia en su gran mayoría enseña quien no ejerce. Esto representa una dificultad ya que quien tiene experiencia espera complementarla con alguien que le aporte.
3. Las temáticas no se estructuran para ser aplicables al sitio de trabajo, hay que entender que el droguista es un emprendedor y que sus necesidades de conocimiento las visualiza a partir de sus proyecciones, no busca solo un título, quiere mejorar su productividad.
4. Los gremios de Droguería y Tiendas Naturistas no promueven programas serios de profesionalización, mientras ofrecen cupos siguen defendiendo el empirismo.
En Colombia hay más de 35.000 establecimientos farmacéuticos manejados por personal empírico, un tema crítico para el sector más importante de la salud pública: La Farmacia es el agente sanitario más cercano a la comunidad.
Uno de los objetivos que he planteado a la Escuela Latinoamericana de Farmacia ha sido precisamente enfocar programas de formación hacia los Droguistas, incluirlos en el proceso y sobre todo generar la necesidad de profesionalizarse, esto aporta al propósito de la Regencia de Farmacia de "Recuperar la Farmacia por la Salud del Pueblo"
En este propósito tuvimos la oportunidad de encontrar una puerta a través de Estrategias y Eventos para llegar a los laboratorios farmacéuticos y convencerlos de que más allá del producto se tiene una responsabilidad social con la educación del personal de las Droguerías, y lo logramos.
Desde el 2014 hemos logrado capacitar a más de 2000 droguistas de todo el país de los cuales se han entregado becas para Técnicos en Farmacia a 270 y para Regencia de Farmacia a 190.
En este propósito nuestros aliados han sido: TECNOQUIMICAS, EUROETIKA, LEGRAND, GRUNENTHAL, GENFAR, LAFRANCOL, MERCK, JGB, UNISALUD, EDUPOL y la UNIVERSIDAD AUTONOMA DE BUCARAMANGA.
Falta mucho por recorrer, pero ya dimos el primer paso para iniciarlo, ya contamos con la credibilidad de la industria y hemos comenzado a sensibilizar a los Droguistas, que están viendo que la profesionalización se hace con programas coherentes con su profesión y no solo con cursos libres que no les permiten continuar con su formación.
Para finalizar, la evidencia de que desde la academia desconoce la Farmacia en Colombia está en que mientras el que estudia en farmacia piensa en buscar empleo, el empírico piensa en hacer empresa.
¿Cuantas Droguerías o Tiendas Naturistas conoce dirigidas por personal con formación académica en Farmacia?. Muchos estamos en el lugar equivocado.