Mucho antes de dar mis charlas suelo recorrer las Farmacias de los sitios para conocer el entorno de la conferencia y uno de los temas que observo es quien es la persona que me apoya en la compra de medicamentos, por lo general encuentro que no es el Farmacéutico, es el personal auxiliar.
Según Wikipedia, "La dispensación es el acto en que el farmacéutico entrega la medicación prescrita por el médico al paciente, junto a la información necesaria para su uso racional. Es un acto de responsabilidad profesional aislado en el tiempo, cuya sucesión en cada paciente puede generar un seguimiento farmacoterapéutico, descrito dentro de la atención farmacéutica.
El farmacéutico es el encargado de proporcionar la medicación prescrita por el médico, cuando fuera necesaria receta médica; o aquella otra solicitada por el consumidor o usuario, cuando no se requiera receta médica, y si así lo considera oportuno y adecuado para el paciente".
Al parecer quien redacta esto en Wikipedia no vive en Latinoamérica.
En Colombia el caso es aún más especial, según el Decreto 2200 del año 2005 del Ministerio de Protección Social, la Dispensación "Es la entrega de uno o más medicamentos y dispositivos médicos a un
paciente y la información sobre su uso adecuado realizada por el Químico Farmacéutico
y el Tecnólogo en Regencia de Farmacia. Cuando la dirección técnica de la droguería, o
del establecimiento autorizado para la comercialización al detal de medicamentos, esté a
cargo de personas que no ostenten título de Químico Farmacéutico o Tecnólogo en
Regencia de Farmacia la información que debe ofrecer al paciente versará únicamente
sobre los aspectos siguientes: condiciones de almacenamiento; forma de reconstitución
de medicamentos cuya administración sea la vía oral; medición de la dosis; cuidados que
se deben tener en la administración del medicamento; y, la importancia de la adherencia
a la terapia"
Al menos la Legislación en Colombia reconoce que hay otras personas que "dispensan" y que no requieren ser profesionales del área, en otros países observo la figura del farmacéutico nominal, que solo presta la firma para respaldar el establecimiento.
El verdadero problema está en que está dispensando cualquier persona, en Colombia por ejemplo la formación mínima que se exige para ejercer en farmacia es técnico laboral, pero las autoridades no tienen como hacer cumplir con esto ya que una ley de 1974 permite que cualquier persona que demuestre experiencia y sin necesidad de formación académica puedan realizar actividades de Farmacia.
Esta situación evidencia dos situaciones:
Por un lado es claro que para el Estado la Farmacia es una actividad que puede ejercer cualquier persona, se asocia más con las actividades económicas que con las actividades asistenciales en salud, de ahí que se permita a otras personas realizar la dispensación de medicamentos.
Por el otro, a pesar de la importancia que tiene para la comunidad la farmacia, es tal la confianza que se tiene en el personal de Farmacia que las personas poco o nada indagan por si hay alguna formación académica para ejercer.
Si queremos revalorizar nuestra profesión, debemos comenzar por revalorizar lo que hacemos.
Muchos justifican que las labores técnicas y administrativas no dejan tiempo para dispensar, guardadas las proporciones, es como si el cirujano dejara su labor a manos del instrumentador por estar diligenciando formatos.
Si no entendemos que la Dispensación es nuestra principal labor asistencial no podemos esperar que se vea la farmacia mas allá del frasco.
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